La rinitis alérgica es una reacción inmunológica mediada por la inmunoglobulina E (IgE) a nivel de la mucosa nasal desencadenada por alérgenos. Se clasifica en función de la duración y la gravedad de los síntomas. Según el tiempo de duración, la rinitis puede ser: intermitente, si los síntomas están presentes menos de 4 días a la semana o menos de 4 semanas; o persistente, cuando los síntomas duran más de 4 días a la semana y durante más de 4 semanas. Según el impacto de los síntomas en la vida diaria del paciente (alteración del sueño, interferencia en actividades diarias y en la actividad escolar o laboral, síntomas molestos), la rinitis se clasifica en leve y moderada-grave. Es relativamente frecuente que la rinitis alérgica se asocie a otras patologías concomitantes, como conjuntivitis alérgica, sinusitis, asma o dermatitis atópica.
Medidas específicas
Ante cualquier rinitis alérgica, lo ideal sería evitar la exposición al alergeno desencadenante, solución relativamente fácil de llevar a cabo sólo en algunos casos (animales domésticos, alergenos presentes en el entorno laboral), pero no tan sencilla en el caso de los alergenos ambientales más comunes (ácaros domésticos o pólenes).
Las principales medidas antiácaros incluyen:
- Ventilación adecuada de las estancias,
- Colchón de espuma
- «Fundas barrera» de colchones y almohadas que separan al paciente del mayor reservorio de ácaros Temperatura ambiente inferior a 25-30 ºC para evitar la proliferación de los ácaros
- Empleo de deshumidificadores para conseguir una humedad relativa inferior al 50%
- Uso de aspiradoras y fregado en lugar de barrido
- Utilización de acaricidas siempre que sea posible.
- Evitar los animales domésticos en la vivienda, ya que favorecen el desarrollo de ácaros y, además, por sí solos pueden causar sensibilización alérgica.
- Reducir en la medida de lo posible la exposición a fuertes concentraciones en la estación polínica correspondiente.
Para acabar con las medidas de control ambiental, es fundamental recordar al paciente que evite el tabaquismo, tanto activo como pasivo, proporcionándole la asistencia necesaria si decide iniciar un tratamiento de deshabituación.
Farmacoterapia sintomática
La farmacoterapia sintomática para tratar la rinitis alérgica incluye los siguientes grupos farmacológicos: vasoconstrictores, corticosteroides, anticolinérgicos, antileucotrienos y antihistamínicos.
En los siguientes post analizaremos los distintos EFP que se utilizan en el tratamiento de la Rinitis Alérgica, como el abuso/mal uso de los DESCONGESTIONANTES NASALES
Fuentes: Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Rinitis alérgica.Abordaje terapéutico.Revista Farmacia Profesional. 2008;22:38-42.
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