La Food and Drug Administration
de Estados Unidos aprobó Saxenda (liraglutida inyectable [origen ADNr]) como
una opción de tratamiento para el control de peso crónica en combinación con
una dieta reducida en calorías y actividad física.
El medicamento está aprobado para su uso en adultos con un
índice de masa corporal (IMC) de 30 o mayor (obesidad) o adultos con un IMC de
27 o mayor (sobrepeso) que tienen al menos una condición relacionada con el
peso, como hipertensión, tipo 2 diabetes, o colesterol elevado (dislipemia)
Saxenda es un péptido-1 (GLP-1)
agonista del receptor de tipo glucagón y no debe utilizarse en combinación con
cualquier otro fármaco que pertenece a esta clase, incluyendo Victoza, un
tratamiento para la diabetes tipo 2. Saxenda y Victoza contienen el mismo principio
activo (liraglutida) a diferentes dosis (3 mg y 1,8 mg, respectivamente). Sin
embargo, Saxenda no está indicado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, ya
que no se ha establecido la seguridad y eficacia de Saxenda para el tratamiento
de la diabetes.
La seguridad y eficacia de
Saxenda fueron evaluadas en tres ensayos clínicos que incluyeron aproximadamente
4.800 pacientes obesos y con sobrepeso con y sin condiciones relacionadas con
el peso significativas. Los resultados del ensayo clínico demostraron que los
pacientes tuvieron una pérdida de peso promedio de 4,5% en comparación con el tratamiento con un
placebo en un año. En este ensayo, el 62 % de los pacientes tratados con
Saxenda perdido al menos el 5 % de su peso corporal en comparación con el 34 % de
los pacientes tratados con placebo. Los resultados de otro ensayo clínico que
incluyó a pacientes con diabetes tipo 2 demostró que los pacientes tuvieron una
pérdida de peso promedio de 3,7 % desde la línea de base en comparación con el
tratamiento con placebo en un año. En este ensayo, 49 % de los pacientes
tratados con Saxenda perdió al menos 5 % de su peso corporal en comparación con
el 16 % de los pacientes tratados con placebo.
Los pacientes que utilizan Saxenda deben ser evaluados
después de 16 semanas para determinar si el tratamiento está funcionando. Si un
paciente no ha perdido por lo menos el 4 por ciento del peso corporal inicial,
Saxenda debe interrumpirse, ya que es poco probable que el paciente va a lograr
y mantener la pérdida de peso clínicamente significativa con el tratamiento
continuado.
En los ensayos clínicos, los
efectos secundarios más comunes observados en los pacientes tratados con
Saxenda fueron náuseas, diarrea, estreñimiento, vómitos, bajadas de azúcar en
sangre (hipoglucemia), y disminución del apetito.
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